La Historia es el proceso de dividir el espacio temporal, para poder comprender lo que el ser humano ha hecho y hace.
Según Wikipedia tenemos que historia es:
La ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método propio de las ciencias sociales. Se denomina también historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.
Definición
de Historia y la interpretación histórica
A.
Carácter polisémico de la historia
La Historia nos permite tener una
explicación sobre lo ocurrido en el pasado; para ello, los historiadores siguen
una metodología de investigación que les permite evaluar las evidencias del
pasado.
Los hechos históricos encuentran su
explicación determinados por el contexto presente; por ello, no hay
explicaciones históricas definitivas. Los hechos históricos siempre tendrán
nuevas interpretaciones, que dependerán de las nuevas perspectivas con que se les
mire.
La Historia permite a una sociedad
entender cómo se ha conformado a lo largo del
tiempo, por lo que le da una identidad colectiva, aunque también cada
hombre recibe una identidad individual, pues le permite desarrollar una
conciencia de su entorno y, con ello, de sí mismo.
Si la Historia no es neutral, entonces
hay diferentes maneras de dar explicaciones históricas, por lo que se puede
decir que la Historia es polisémica, esto es, tiene varios significados.
El pensamiento crítico de cada persona
le ayudará a comprender por qué una explicación histórica tiene determinada
forma de presentarse. Es decir, al estudiar el pasado, no nos podemos quedar en
la descripción de lo ocurrido: debemos preguntarnos por qué ocurrieron así las
cosas y qué tipo de explicación se nos da del pasado. Entonces tendremos un
juicio propio de la Historia.
La Historia tiene una función teórica
que consiste en ordenar los sucesos pasados y darles una explicación; sin embargo,
el historiador lo hace para responder a una problemática presente. Cuanto más
amplio y profundo sea el conocimiento de la realidad y de cómo se ha ido
conformando, se estará en una mejor posición para intervenir en la realidad.
Así, el pasado se conoce desde el
presente. Se parte de una problemática real y actual que plantea interrogantes,
cuya respuesta está en el pasado.
Para el conocimiento del pasado se
depende de dos factores:
1. Lo que nos interesa saber del pasado, o las preguntas que
se hagan de lo acontecido.
2. El tipo de fuentes que se tengan en el momento.
Como la Historia no da respuestas
únicas y definitivas, representa entonces una fuente de saber infinita a la que
siempre nos acercamos de manera diferente, por ello se le reescribe constantemente;
nuestra relación con la Historia es activa y el presente es el que marca el
tipo de relación que se da.
El historiador Jean Chesneaux decía
que si el pasado cuenta, es por lo que significa para nosotros.
Quienes escriben Historia no son totalmente
neutrales y deben estar conscientes de ello. Su trabajo no es emitir juicios ni
favorecer o perjudicar a alguien o algo: su trabajo es explicar. El historiador
Edmundo O ’Gorman decía que los historiadores no deberán regañar a los
muertos, sino comprenderlos. Al tener conciencia de la subjetividad la podemos
controlar, nunca eliminar, ya que somos hombres de nuestro tiempo: pertenecemos
a una etapa cronológica, a un país, a una clase social, etcétera.
Si la Historia, como ya se mencionó,
nos sirve para entender por qué es así nuestra realidad actual, y con ello
formamos un juicio crítico del pasado y del presente, es con la finalidad de
poder intervenir en nuestra realidad en algún momento y de alguna manera. El
hombre es no sólo un ser biológico, sino también un ser social que se hace a sí
mismo; nadie determina lo que es. La sociedad puede condicionar hasta cierto
punto nuestra forma de vivir, pero al final siempre tendremos la opción de hacer
algo diferente.
B. Cambio y continuidad histórica
La Historia encuentra su objetivo en
el estudio de los cambios ocurridos en la vida del hombre, para lo cual se
vincula a la noción de coyuntura que rompe con la continuidad histórica; sin
embargo, las continuidades son relativas, pues en el largo plazo terminarán por
cambiar, ya que en la Historia nada permanece igual.
Así, la noción de ruptura tiene
relación con los hechos coyunturales o con los que destacan en la Historia por
el rápido cambio que provocan en una estructura histórica.
Sin embargo, tienen un periodo de
gestación, en el cual participan múltiples factores hasta su conclusión.
La permanencia histórica es un
concepto que la Historia no puede reconocer porque ella es cambio. Algunas
personas hablan de permanencia debido a que determinados agentes históricos
continúan durante largos periodos, lo cual no es cierto, pues aunque el cambio
sea mínimo, nada permanece igual en la Historia.
C. Niveles de explicación histórica
La explicación histórica se ha dado en
diversos niveles; así, se pueden tener explicaciones generales que señalen las
principales características de cada cultura y sus semejanzas con otras, o bien,
explicaciones más particulares que nos permitan conocer más a fondo un hecho
histórico o una cultura.
Historia universal
Si bien cada sociedad tiene su propia
historia y los cambios pueden darse con su propio ritmo, hay elementos que
permiten hacer generalizaciones y señalar semejanzas y diferencias entre cada
cultura; al poner en común la historia de las distintas regiones, puede hablarse
entonces de una historia universal.
Este tipo de historia debe tomar en
cuenta a todas las culturas del mundo y ser muy sintética, a fi n de que
permita entender cómo se relacionan las diferentes culturas en los ámbitos
económico, político, social, etc., y cómo se pueden compartir ciertas ideas, valores,
normas e instituciones en determinado periodo. Sin embargo, en este tipo de
historia se ha privilegiado a las llamadas sociedades occidentales,
sobre todo a las potencias europeas, y han quedado a un lado las culturas que
en algún momento han entrado en contacto con ellas.
Historia nacional
Es la historia de un Estado o nación
en particular; aunque trata los temas con mayor profundidad, no se les debe ver
en forma aislada, sino vincular esa historia con un contexto más amplio para
saber cómo se relaciona con otros Estados o naciones y conocer en qué medida se
ha visto influido por ellos o cómo los ha influido él mismo.
Historia regional
Ha sido común que la Historia se
centre en determinadas culturas (principalmente de Europa y Estados Unidos) y
que en la historia nacional se generalice la situación que se vive en un país,
dejando de lado las regiones que no forman parte del eje de acción de las grandes
potencias o desdeñando las características particulares que definen a un país.
La historia regional se ha centrado en
esos lugares que las historias generales y sintéticas han hecho a un lado.
Historia local
Algunos historiadores se han dado a la
tarea de hacer la historia de alguna localidad, tratando de devolver su
relevancia histórica a ese sitio. Así, se sacan a la luz las aportaciones hechas
por gente común. Lo importante de este tipo de historia es que no se desvincule
a la localidad de los acontecimientos nacionales o internacionales, ya que
ningún hombre vive aislado del resto del mundo.
D. Diversidad temática
Además de las divisiones anteriores,
la Historia se ha dividido en temas que nos permiten conocer a profundidad cada
una de sus manifestaciones.
Algunos historiadores han buscado
diferentes aspectos en la explicación de lo que es el hombre; entre ellos
tenemos los siguientes:
Historia económica: se refiere a las
distintas formas en que el hombre ha cubierto sus necesidades materiales, tanto
en la producción como en su distribución.
Historia política: se refiere a las
relaciones que se han dado entre hombres y Estados, tanto en el aspecto militar
como de gobierno, tipo de instituciones o lucha de grupos.
Este tipo de Historia ha ocupado un
lugar importante a lo largo de los tiempos.
Historia de la cultura: así como la
historia política se ha considerado el aspecto más relevante del pasado, la
historia de la cultura suele catalogarse como prescindible.
Esta historia debe entenderse como el
estudio del conjunto de conocimientos, costumbres, hábitos, inventos o
tradiciones creadas por el hombre para satisfacer sus necesidades.
Historia geopolítica: busca explicar
la influencia del medio ambiente en los procesos históricos.
Historia de las mentalidades: estudia
la evolución de las formas de pensamiento; busca lo emotivo, lo instintivo y se
relaciona más con la historia social, en especial con la psicología social.
Parte de la idea de que la estructura mental de una época se basa en la
experiencia de cada ser humano. Busca patrones culturales en el pensamiento colectivo.
Historia de las ideas: estudia el
desarrollo del pensamiento social formalmente establecido, como la filosofía,
la ciencia o la religión; se refiere al ambiente intelectual de una época y sus
cambios.
Historia social: se interesa en lograr
una visión global de los hechos históricos mediante la composición de las
clases sociales, sus conflictos y cambios. Se enfoca en la estructura social y
la concibe como algo en cambio constante.
Historia cuantitativa: se desarrolló
en la segunda mitad del siglo XX; utilizaba síntesis estadísticas y fórmulas
matemáticas para explicar un hecho histórico. Además, recababa información, sobre
todo cifras, que cuantificaba con ayuda de la informática, que en ese momento
iniciaba un desarrollo importante.
Historia oral: tradicionalmente, se ha
considerado que los testimonios escritos son las fuentes de información
histórica; sin embargo, algunos historiadores han señalado que la tradición
oral es una fuente igualmente valiosa para obtener información histórica, por
lo que se han dado a la tarea de rescatarla del olvido en que caía cuando moría
la persona que tenía ese saber.
Los testimonios orales se registran en
grabaciones, filmaciones y transcripciones.
Han enriquecido el trabajo de los
historiadores.
Bibliografía
Sánchez y
otros, Historia universal, Tercera edición, PEARSON EDUCACIÓN, México, 2009 paginas 12, 13, 14, 15
Web grafía
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