1- Civilización
romana
En el siguiente vídeo visualiza La Roma Imperial
¿Los conceptos de justicia
y autoridad son los mismos en todas las culturas?
En el
siguiente texto, un intelectual romano que vivió hace más de dos mil años, hace
una reflexión sobre el modo como ponían en práctica la justicia dos generaciones distintas de romanos.
“Desde que en Roma las
riquezas comenzaron a gozar de
estimación y a verse acompañadas de la gloria, poderío y mando, la justicia
perdió su brillo, la pobreza se miró como un oprobio, y la integridad fue
considerada como un desafío para la ambición de los poderosos. Como
consecuencia de las riquezas, se apoderó de la juventud un gran deseo por el
lujo, la avaricia y la insolencia: robaba dilapidaba, estimaba en nada lo
propio, apetecía lo ajeno y despreciando dignidad y pudor no hacia diferencia
entre lo humano y lo divino, sin guardar moderación ni respeto alguno.
Después
de ver en Roma y en sus campos esos edificios enormes, merece la pena ir a
visitar los templos de los
dioses que construyeron nuestro ante pasado que eran justos y religiosos. Ellos
oraban en estos templos y no querían otra cosa del vencido sino que dejaran de
hacer daño. En cambio, los miserables hombres de hoy, poniendo por obra las más
injustas de las conductas, despojan a los aliados mismos lo que nuestros ante
pasados no quitaron a sus propios enemigos; como si en cometer injusticias consistiera
el verdadero ejercicio del poder”.
Salustio
§ ¿Qué relación encuentras entre la
pregunta y el texto de Salustio?
§ ¿Consideras que lo que la gente cree
que es justo e injusto ha sido igual en todas las épocas? ¿Por qué?
§ En el texto, Salustio añora
tiempos en los que la gente era más justa. ¿Conoces quienes piensen que el
comportamiento de las personas de
antes era más justo que las de la actualidad? Comenta con tus compañeros al
respecto.
§ “las riquezas llevaron a que la
juventud romana se inclinara hacia el lujo, la avaricia y la insolencia”. ¿Crees que sucede lo mismo con los
jóvenes en la actualidad? ¿Por qué?
El foro romano
El escenario en el cual se desarrolló la civilización romana fue la
península itálica, también conocida como la bota itálica debido a su forma.
Ubicación
de Roma
Al norte,
está separada del resto de Europa por las montañas de los Alpes. Este accidente
geográfico la protegió durante siglos, de las invasiones de los pueblos
bárbaros del norte.
La
península itálica está recorrida de norte a sur por los montes Apeninos y
presenta algunas llanuras y valles. Entre los principales están:
· Al norte, el valle del río Po, que
desemboca en el mar Adriático.
· En el centro, la llanura de Etruria,
recorrida por el río Arno y la llanura del Lacio, atravesada por el río Tíber.
· Al sur, está la llanura de Campania,
recorrida por el río Volturno.
La
ubicación privilegiada de la ciudad de Roma, en el centro de la península, le
ayudó a convertirse desde sus comienzos en un lugar de gran importancia.
Además, el hecho de estar rodeada de ríos navegables y de valles fértiles,
facilitó su desarrollo económico.
-Los
primeros romanos
El
proceso de poblamiento de la península itálica duró aproximadamente tres
siglos. Durante este período llegaron varios grupos humanos, que a la larga
darían lugar al pueblo romano. Los más sobresalientes fueron los italiotas, los
etruscos, los fenicios y los griegos.
Los
italiotas
Con este
nombre se conoce a los grupos procedentes de las estepas asiáticas, que
ocuparon la Península en el siglo X a.C. Estos grupos se distribuyeron de la
siguiente manera:
· Los umbros, que se ubicaron en la
parte alta del río Tíber.
· Los samnitas, que se ubicaron al sur
de los montes Apeninos.
· Los sabinos, que se ubicaron en el
curso medio del río Tíber.
· Los latinos, que ocuparon la llanura
del Lacio.
Los
etruscos
Aunque el
origen de este pueblo no es muy claro, se cree que procedían del Asia Menor y
que llegaron a la península itálica en el siglo VII a.C.
Los
etruscos dieron lugar a una de las civilizaciones más esplendorosas de la
Italia primitiva; lograron además, el dominio de los pueblos vecinos.
- Los
fenicios
Este
pueblo, procedente del Asia Menor, se estableció inicialmente en la península
ibérica, en donde construyó puertos comerciales; luego, para fortalecer su
comercio, fundó ciudades en algunas islas italianas.
- Los
griegos
Los
griegos se establecieron en las costas de Sicilia en el sur de Italia a
mediados del siglo VIII a.C. Al igual que los fenicios, su principal objetivo
fue el de extender su comercio por el Mediterráneo. Las tierras colonizadas por
los griegos recibieron el nombre de la Magna Grecia.
La
historia de Roma se divide en tres etapas: la Monarquía, la República y el
Imperio.
4.1La
Monarquía
Desde su
fundación en 753 a. c., Roma estuvo gobernada por siete reyes nacidos en el
Lacio o latinos. Ellos fueron Rómulo, el fundador; Numa Pompilio, quien
estableció el calendario de doce meses; Tulio Hostilio, quien impuso la
supremacía de Roma en el Lacio; y Anco Marcio, quien extendió el territorio de
Roma hasta el mar.
A estos
se les siguieron tres reyes etruscos; Tarquino “el Antiguo”, Servio Tulio, que
reorganizó la ciudad de acuerdo con el modelo etrusco, y Tarquino “el
Soberbio”, contra quien se
sublevaron los romanos en el año 509 a.C.
Este
levantamiento puso fin a la monarquía y dio paso a un nuevo sistema político:
la República.
La República
Los
nobles romanos, que recibían el nombre de patricios, asumieron el poder y los privilegios,
una vez vencidos los reyes etruscos. Pero como los plebeyos eran muy numerosos,
iniciaron una larga lucha para obtener la igualdad de derechos. Al mismo
tiempo, Roma iniciaba un proceso de expansión territorial que, a la larga, la
llevaría a dominar todo el mar Mediterráneo.
La República inicia un lento proceso de conquista,
gracias a las cuales unificó y puso bajo su mando todo el territorio de la
península itálica. Este aumento de poder hizo que los romanos tuvieran que
enfrentarse a Cartago. Esta ciudad, fundada por fenicios en la costa de África,
dominaba buena parte del mediterráneo. El conflicto entre Roma y Cartago
estalló y dio lugar a la guerra Púnica, llamada así porque los romanos daban a
los cartagineses el nombre de púnicos.
Después de estas guerras, Roma desplazó a Cartago del
dominio del Mediterráneo occidental y, a continuación, amplió su dominio hacia
el oriente, con quistando los reinos de Grecia y Macedonia, entre otros.
Roma consolidó su poder sobre el mundo conocido de la
época. Estas conquistas beneficiaron a los romanos de distintas maneras. Los
pueblos derrotados estaban obligados a pagar a Roma un tributo anual en dinero
o en productos, y parte de sus tierras pasaban a ser propiedad del Estado
romano. Además, al quedar eliminados sus competidores, se produjo una gran
expansión del comercio de Roma.
Por otro lado, la captura de grandes masas de prisioneros
de guerra, generalizó el trabajo esclavo. Así, hacia el siglo II a.C., el
esclavismo ya era el modo de producción predominante, como ante lo había sido
en Atenas.
A la vez que el poder de Roma se consolidaba, en el
interior de la República se presentaban graves enfrentamientos entre los mismos
romanos.
La principal causa de esto fue la desigualdad, cada vez
más grande entre los patricios, que concentraban en su poder la mayoría de los
bienes, y la gran masa del pueblo, que recibía el nombre de plebe.
Esta
situación dio lugar a que algunos líderes plantearan reformas agrarias, pero
estas no fueron del agrado del senado, que estaba conformado por patricios. Por
este motivo, muchos de aquellos que promovían la redistribución de la tierra
fueron asesinados, como sucedió con los hermanos Tiberio y Cayo Graco.
Octaviano, más conocido como Augusto
Fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al Mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando, llegando a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, abarcando desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,14 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina Imperium Romanum, que no significa otra cosa que el dominio de Roma sobre dicho territorio. Polibio fue uno de los primeros cronistas en documentar la expansión de Roma aún como República. Durante casi tres siglos antes de César Augusto, Roma había adquirido numerosos dominios en forma de provincias directamente bajo administración senatorial o bajo gestión consular, y también mediante pactos de adhesión como protectorados de estados aliados. Su principal competidora en aquella época fue la ciudad púnica de Cartago cuya expansión rivalizaba con la de Roma y por ello fue la primera gran víctima de la República. Las Guerras Púnicas obligaron a Roma a salir de sus fronteras naturales, la península Itálica, y poco a poco adquirió nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas, de cara a obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal fue el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no sólo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió por vez primera la autoridad del Senado romano.
El Imperio Romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Él fue, de hecho, el primer hombre que se alzó como mandatario absoluto en Roma, haciéndose nombrar Dictator (dictador). Tal osadía no agradó a los miembros del Senado romano, que conspiraron contra él asesinándole durante los Idus de marzo en las mismas escalinatas del Senado, restableciendo así la república, pero su retorno sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio Augusto, quien sería enviado años más tarde a combatir contra la ambiciosa alianza de Marco Antonio y Cleopatra.
A su regreso victorioso, la implantación del sistema político imperial sobre un imperio territorial que de hecho ya existía, resulta inevitable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el imperio para facilitar su gestión. El imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadoras y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande, quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El senado envía las insignias a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del imperio de Occidente. El imperio oriental proseguiría varios siglos más bajo el nombre de Imperio Bizantino, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
El legado de Roma fue inmenso, tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
La porta Maggiore de Roma
Con el colapso del Imperio de Occidente finaliza
oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
La decadencia y caída del Imperio Romano es una de las
cuestiones más debatidas y estudiadas de la Historia. Es considerada por
algunos como "el mayor
enigma de todos", y ha sido uno de los ejes del discurso histórico
clásico desde San Agustín de Hipona.
La ruina de la “Roma eterna” ha perdurado como el paradigma por excelencia del
agostamiento y muerte de las civilizaciones, una caducidad mundana que muchos
interpretaron como el precedente y anuncio del fin del mundo o, al menos, de la civilización
occidental. Los Siglos XX y XXI han
visto multiplicarse el interés por este problema histórico, debido
probablemente al hecho de que la civilización contemporánea tiene muchos rasgos
comunes con la de la Antigüedad Tardía, y a que la cultura occidental está en un período de
transición, como la Roma de los Siglos III y IV.
- Línea del tiempo
Talleres o actividades
1.
Sabemos que Roma fundó un imperio que duró muchos años.
a. ¿Qué
forma de pensar crees que tiene un pueblo que fundo un imperio?
b. ¿Qué
condiciones crees que se requieren para que un pueblo sea dominado por otro?
c. Aparte
de la fuerza militar, ¿qué otro método puede utilizar un imperio para mantener su
poderío?
d. Ubica
en un mapa el territorio que llego a ocupar el imperio Romano
2. Describe la importancia del
legado romano
3. De
acuerdo con la línea del tiempo:
a. ¿Cuánto tiempo duró la época de reyes o
monarquía?
b. ¿Cuál
fue la duración de la república?
c.
¿Cuántos años existió Roma como imperio?
Bibliografía
Ortiz,
María y otros. Ejes sociales 6. Grupo Editorial educar S.A Bogotá. D.C., 2008.
Gallego
García, Germán. Olimpiadas sociales 6. Editorial Voluntad S.A Bogotá. 2000.
Lavacude,
Kenny. Contextos sociales 6. Editorial Santillana S.A Bogotá. D.C., 2004
Direcciones
Electrónicas para ampliar tus conocimientos
es.wikipedia.org/wiki/Imperio_Romano-101k-
para mi la civilización romana tuvo mucho que en nuestro desarrollo humano tal sea de manera económica,política,social entre otras
ResponderEliminar